presenta
Luego de Train to Busan, llega un nuevo éxito del cine coreano
“Un magistral uso del suspense que mantendrá a los espectadores en vilo durante toda la película" – Maggie Lee: Variety
“Una montaña rusa de sensaciones sobrecogedoras alrededor de una trama de misterio en torno a asesinatos en serie” - Javier Ocaña: Diario El País
“En presencia del Diablo es absorbente y está impregnada de una sensación de presagio tensa y enfermiza” – Deborah Young: The Hollywood Reporter
"Un film escalofriante". - David Ehrlich: Indiewire.
EN PRESENCIA DEL DIABLO
(The Wailing)
Una película de Na Hong-Jin
SINOPSIS
La
vida de un pueblo coreano se ve alterada por una serie de asesinatos
salvajes y misteriosos que azota a esta pequeña comunidad rural. Los
rumores y las supersticiones se propagan a causa de la presencia, desde
hace poco tiempo, de un anciano extranjero que vive como un ermitaño.
Ante la incompetencia de la policía para encontrar al asesino y sin
tener una explicación racional, algunos habitantes del pueblo buscan a
un chamán. Jong-Gu, un policía cuya familia está directamente amenazada,
también cree que se trata de crímenes sobrenaturales.
FICHA TECNICA:
Título original: Goksung
Título en inglés: The Wailing
Director: Na Hong-jin
Guion: Na Hong-jin
Música: Jang Young-gyu, Dalpalan
Fotografía: Hong Kyung-pyo
Empresas Productoras
20th Century Fox Corea
Ivanhoe Pictures
Side Mirror
Género: Thriller.Terror
Año: 2016
Duración: 156 min.
País: Corea del Sur.
REPARTO:
Hwang Jung-min
Kwak Do-won
Chun Woo-hee
Jo Han-cheol
Jun Kunimura
Jang So-yeon.
PARTICIPACION EN FESTIVALES
2016: Festival de Cannes: Sección oficial
2016: Festival de Sitges: Mejor película asiática y Mejor fotografía.
MAS SOBRE LA PELICULA
Con
este thriller policíaco y sobrenatural, Na Hong-jin se confirma, tras
sus grandes éxitos The Chaser (2008) y The Yellow Sea (2010), como uno
de los directores más interesantes del panorama actual coreano.
Lo
folclórico y la tradición religiosa coreana, junto a referencias
bíblicas católicas, aparecen desde el primer fotograma de la película.
Na Hong-jin crea una atmósfera de lo más inquietante, gracias al entorno
rural, entre montañas, rodeado por un extenso bosque y la áspera
climatología de lluvias torrenciales incesantes. La fuerza de la
naturaleza se impone ante los problemas mundanos, pero todo cambia
cuando estos trascienden lo terrenal para convertirse en algo puramente
espiritual.
Su
mirada tras la cámara actúa cómplice con la figura del diablo. Nos hace
partícipes de la insoportable presión psicológica de sus víctimas y nos
convierte, junto a ellos, en aquellos que tiran del sedal.
Fuera
de Europa, donde más se ha desarrollado esta corriente de cine negro,
es sin duda en Corea del Sur, hasta el punto de que en los últimos años
se habla del neo-noir coreano como uno de los movimientos
cinematográficos más distintivos. Nombres ya consagrados como Chan-wook
Park y Joon-ho Bong han trabajado en él, destacando respectivamente Old
Boy (Oldeuboi) y Crónica de un asesino en serie (Salinui chueok), ambas
de 2003.
Ahora
nos situamos en un pequeño pueblo entre montañas en el que la
superstición más pretérita es aún hoy omnipresente. El tono sombrío al
que nos acostumbró con sus anteriores films el realizador surcoreano
sigue intacto, pero en esta ocasión en un marco alejado de las ciudad e
incidiendo con mayor profundidad en las aristas psicológicas del
melodrama. La relación alienada entre lo demoníaco o desconocido y los
habitantes del pueblo es el fuerte de un film que retrata los procesos
de locura de un modo singular y cifrado en una suerte de rituales
desatados y espeluznantes.
SOBRE EL DIRECTOR
Director
de cine surcoreano nacido en 1974 en Seúl. Siempre se caracterizó por
desarrollar historias de cine negro con personajes predestinados
fatalmente en un mundo donde ninguno tiene futuro y la naturaleza de los
hombres es esencialmente mala.
Su ópera prima The Chaser (Chugyeogja,
2008) seguía los pasos de un antiguo detective vuelto proxeneta, al
investigar las desapariciones de sus empleadas a cargo de un psicópata
en Seúl, conformando así un inquietante y enfermizo juego del gato y el
ratón. Su siguiente cinta, The Yellow Sea (Hwanghae,
2010), desviaba el foco hacia un decorado más complejo, el de la región
de Yanbian que separa Corea y China, para desplegar las crudas
vicisitudes de un taxista transformado en matón. Y más ambición todavía
registra su tercera incursión tras las cámaras:En presencia del Diablo (Goksung), trasladándose ahora a un pueblo.
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