Era inteligente, argumentaba durísimo y tenía un particular talento para la descalificación, todas cualidades distintivas de personalidades fuertes pero proclives a las relaciones turbulentas. Chica bien por cuna y educación, en su juventud -como tantos de sus pares- fue militante de Montoneros (formó incluso parte de la mítica redacción de Noticias, el diario de la agrupación) y sobre el final de su carrera y de su vida, con la misma vehemencia que caracterizó su pluma mantuvo una encendida pelea con el kirchnerismo, mientras pudo seguir escribiendo ahí donde encontraba un espacio dispuesto para sus textos.
Resultado de imagen para Sylvina Walger, la autora de "Pizza con champán"
Una biografía de Cristina Kirchner escrita para una editorial española en la que describía de manera brutal y agresiva a la ex presidenta (“autoritaria, amarga, pintada como una máscara y rellena de bótox, nueva rica y vulgar en el lenguaje”) y en la que también que afirmaba que había habido golpes de Néstor Kirchner a su esposa, le valió la furia indignada de los seguidores de la ex mandataria, quienes a través de las redes y diferentes medios cuestionaron su trabajo. El matrimonio Kirchner era para Walger la encarnación de la ambición desmedida, el oportunismo y la corrupción y La Cámpora, “analfabetos” que “no conocen historia argentina”.

Entre su juventud montonera y su crepúsculo furiosamente antikirchnerista, hubo varios libros -el arco de su interés iba de Susana Giménez a Punta del Este y de la TV de los 70 al menemismo-, un exilio en España, una carrera como columnista refinada de todos los temas posibles e imaginables y hubo, también, muchas amistades que fueron quedando por el camino. Fue íntima amiga de Jacobo Timerman (estuvo incluso a punto de hacer una biografía del director de La Opinión junto con Orlando Barone, de quien fue muy amiga hasta el kirchnerismo) y tenía vínculos amistosos con muchos colegas argentinos y del extranjero, como la española Maruja Torres.

Resultado de imagen para Sylvina WalgerHace no tanto, también en una entrevista habló de los 70. “Aquello no era para liberar a nadie. Al final era la lucha por el poder”, resumió Walger, que en la misma nota dijo que se sentía “prohibida” por el kirchnerismo. “Yo fui montonera. Y tengo que decir que hubo dos demonios: la dictadura militar y los montoneros. Y estos jóvenes que rodean a la presidenta han idealizado esa época. Para ellos, el mundo empieza con el ‘default’ de 2001. No vivieron la represión”, dijo sobre los jóvenes políticos K. “Primitivos intelectualmente, nacionalistas hasta la exasperación, absolutistas a lo Napoleón (no bonapartistas), desprecian profundamente la democracia y sus reglas”, escribió sobre el matrimonio Kirchner.
Sylvina Walger vivió intensamente y escribió mucho. Tuvo plata en varias oportunidades en su vida y así como la tuvo la perdió. En la memoria de quienes la conocieron quedará por siempre su interés fervoroso por temas de toda índole, su inclinación natural a tratar seriamente todo tema frívolo y su encendida y brillante capacidad para la polémica. Quedarán, también, sus libros: Tv Guía Negra (con Carlos Ulanovsky), Una mujer (Biografía no autorizada de Susana Giménez) (con Claudia Acuña), Pizza con champán (Crónica de la fiesta menemista)Los paraísos argentinos (Pinamar, Punta del Este, Miami), Cristina (de legisladora combativa a presidenta fashion).