viernes, 9 de junio de 2017

Sampaoli arrancó con el pié derecho tras derrotar a Brasil 1-0.

El seleccionado 'Albiceleste' venció hoy 1 a 0 al equipo encabezado por 'Tite', en la ciudad australiana de Melborune. El gol fue convertido por Gabriel Mercado, a los 44 minutos de la primera parte.

El encuentro se jugó en el estadio Melbourne Cricket Ground ante más
de 95 mil espectadores y gol de la victoria fue señalado por el defensor
chubutense Gabriel Mercado, actual jugador del Sevilla español, a los
44 minutos del primer tiempo, en el momento de mejor producción del
equipo 'albiceleste'.

Con ese resultado el elenco argentino dejó sin invicto a Brasil, que
había ganado los nueve partidos que jugó desde que asumió Tité
como entrenador, el 20 de junio de 2016.

La victoria sirvió para comenzar con buen respaldo el ciclo del
santafecino Sampaoli, quien reemplazó en el cargo a Edgardo 'Patón'
Bauza y tendrá la misión de clasificar a la Argentina para el Mundial de
Rusia del año próximo, ya que ese es el real objetivo cuando restan
cuatro fechas para concluir las Eliminatorias Sudamericanas.

Además, Argentina igualó en Melbourne el historial con Brasil, ahora
con 37 triunfos para cada uno, más 25 empates luego de haberse
enfrentado en 99 ocasiones.

El segundo amistoso de Argentina será el martes 13 de junio próximo
ante Singapur, sin el capitán Lionel Messi, quien regresará a su país
en las próximas horas.

El amistoso en Melbourne dejó claro que Argentina está en formación,
pese a que los nombres son casi los mismos que en el ciclo anterior,
aunque la idea claramente es otra, mucho más ofensiva, y también que
el rival al que enfrentó está más armado y dio ventajas al prescindir de
su estrella Neymar, de los probablemente mejores laterales del mundo,
el derecho Dani Alves y el izquierdo Marcelo, más Miranda y Marquinhos.

En ese contexto, el equipo de Sampaoli tomó la iniciativa e intentó
distribuir la pelota a lo ancho de la cancha con José Luis Gómez y Di
María bien abiertos, y más adelantados Lucas Biglia, Ever Banega,
Lionel Messi y el cordobés Paulo Dybala, con Gonzalo Higuaín como
único punta definido.

La idea inicial de presionar bien arriba para recuperar rápido la pelota
que mostró Argentina fue coincidente con la de Brasil, así en el inicio
había pocos espacios y Messi, demasiado apretado, no podía marcar
diferencias, en un punto que deberá mejorarse sí o sí para que el crack
rosarino tenga mayor influencia en el equipo, tanto en el armado como
en la definición de las jugadas.

La primera emoción del partido llegó del lado de Argentina a los cinco
minutos con un pase entre líneas del cordobés Dybala para Di María,
quien estrelló su 'zurdazo' en el palo derecho con el arquero Weverton
sin poder llega a la pelota.

Brasil, con mayor precisión en los pases, y también más capacidad
para triangular, comenzó a dominar de a poco y tuvo sus ocasiones,
primero con un desborde de Coutinho que despejó Otamendi cuando
Gabriel Jesús se relamía en el área y luego con una subida de Fagner
que Paulinho remató con clase pero por encima del travesaño.

Argentina se diluía en sus buenas intenciones, reflejadas en el trato
de la pelota y en la forma (siempre a ras del piso) y la presión alta,
pero dejaba espacios atrás y así Brasil tuvo otra ocasión clara con un
desborde de William (le ganó la espalda al debutante José Luis Gómez)
que no fue gol por poco, ya que llegó justo Biglia para salvar cuando se
disponía a anotar Coutinho, quien favoreció el cierre porque demoró
el remate.

Así, con Brasil consolidado en su funcionamiento y Argentina con el
suyo en construcción, el partido se emparejó hacia el final de la etapa
y a los 38 minutos un remate de Di María que Weverton desvió con
esfuerzo al tiro de esquina fue la segunda llegada argentina, que repitió
a los 42 minutos con otro desborde del ex jugador de Rosario Central
que definió Dybala con un 'zurdazo' medido que pasó cerca del ángulo
superior derecho cuando no llegaba el arquero brasileño.

El gol de Argentina se produjo sobre el final, a los 44 minutos, con un
 centro desde la izquierda de Di María que encontró a Otamendi, cuyo
cabezazo dio en el palo y Mercado, solo debajo del arco, anotó el
primer gol en la era Sampaoli.

En el segundo tiempo, Argentina descansó en la ventaja y armó una
línea de cuatro con el ingreso de otro debutante, Nicolás Tagliafico
(se integró a Mercado, Maidana y Otamendi, que en la etapa inicial
habían jugado con tres en el fondo) y también ingresó el tucumano
Joaquín Correa, el ex jugador de Estudiantes de La Plata que fue
dirigido por Sampaoli en el Sevilla.

La decisión de Sampaoli fue fuerte, ya que decidió jugar sin delanteros
cuando sacó de la cancha a los dos atacantes de la Juventus, Higuaín
y Dybala, dejó al equipo a expensas de lo que pueda hacer Messi y el
siempre inquieto Di María.

Un remate débil de Correa fue la aproximación más clara de Argentina,
que quedó a merced de un Brasil que creció de la mano de Willian y
Paulinho, y tuvo tres chances clarísimas para igualar, la última increíble
con una acción en la que le pelota pegó dos veces en los palos.

Un error en la salida tras un mal pase de Tagliafico, derivó en Gabriel
Jesús en una jugada que no fue gol por poco y un remate de Coutinho
fue conjurado por Sergio Romero, cuya figura crecía y crecía.

La más clara fue con un mano a mano de Jesús, quien eludió a Romero
y su remate dio en el palo derecho, la pelota derivó en Willian y el suyo
dio en el poste izquierdo, hasta que Biglia tomó la pelota y la sacó de la
cancha para superar ese momento en que la suerte se alió de los
argentinos.

Argentina, ya sin elaboración ni apetito ofensivo, soportó el asedio
brasileño hasta el final con la firmeza de "Chiquito" Romero, en una
buena señal, mientras que en lo negativo fue que jamás encontró la
forma de que Messi se sintiera cómodo y así el crack del Barcelona
influyó poco y nada.

El final desató el festejo medido de Argentina, en un partido en el que
tuvo como saldo favorable que se le ganó a Brasil, lo que no es poco,
aunque quedó claramente expuesto que no siempre podrá sostenerse
en Romero y la ayuda de los palos, en un ciclo de Sampaoli que apunta
a mantener al equipo en los primeros planos del fútbol mundial.

En el próximo compromiso ante Singapur no estarán Messi, Otamendi
y el inexpresivo "Pipita" Higuaín, y habrá que ver si de una vez por todas
puede jugar Mauro Icardi, el capitán del Inter de Italia que fue relegado
una y otra vez, pero al que Sampaoli citó para que aporte su capacidad
en el ataque, una de las grandes falencias del equipo.

No hay comentarios: