miércoles, 30 de mayo de 2018

Paul McCartney: una biografía posible

Philip Norman es apenas un año más chico que Paul McCartney. La enorme diferencia de sus vidas, entre ellas, quedó evidenciada cuando fue en enviado a fisgonear a los Beatles, durante su paso por Birmingham, promediando los ‘60, para un periódico local. Se tomó a pecho una frase que le robó a Paul en el camarín (“soy un tacaño”) y, con el tiempo, se transformó en el biógrafo más serio sobre los Fab Four.

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Sus obras capitales son Shout!: La verdadera historia de The Beatles (1981) y dos extensos volúmenes dedicados, respectivamente, a John Lennon y Paul McCartney, la última ahora disponible en Argentina vía Malpaso: 800 páginas de extraordinario expediente sobre la mayor celebridad viva del pop.
La interna que rodea a este libro es áspera y pasional. McCartney nunca le perdonó que en Shout! el autor se jugara de manera indeclinable, en valoración, por el recién asesinado Lennon sobre sus propios e innegables méritos. En 1997, dejando el trabajo editorial en manos de un personaje clave de la contracultura de los ‘60 como Barry Miles, Paul se auto-reivindicó en el interesante Hace muchos años, otro ladrillo donde con tal de explayarse largo y tendido sobre su faceta experimental dentro de la banda, prefirió resumir su carrera solista de forma expeditiva: poco más de veinte páginas.
Al mismo tiempo, y Norman se ocupa de contarlo en el apetitoso prólogo, el luto por la separación de los Beatles también compelía a la prensa anglófila. A los críticos ingleses, la suma de las partes les parecía notablemente más grande que sus proyectos personales. “No nos interesaban como solistas. Y en sus conferencias de prensa, la única noticia que esperábamos era el anuncio de su reagrupación. Punto”, explica hoy el biógrafo.
Muchos años después, Macca se comunicó con Norman, porque quería saber cómo era eso de odiarlo tanto. Y lo cierto es que todo rondaba entre el malentendido, el recelo, y la perspectiva. Entre sus detractores, su carrera post-beatle contó con la ácida (mejor dicho, anfetamínica) pluma de Lester Bangs, periodista estrella de la revista Creem e inédito en español, algo que sería necesario para que dejen de consumirlo a partir del pobre sketch del finado Philip Seymour Hoffman en la película Casi Famosos.
Tapa de la Revista Creem con Paul Mc Cartney.
Tapa de la Revista Creem con Paul McCartney.

Una de sus ataques más directos tuvo lugar en agosto de 1976, cuando Bangs cubrió un show de Wings, la banda del zurdo entre 1971 y 1981, llevando la historia a una portada donde el músico era caricaturizado como un empleado de su propia firma, “McCartney” como eufemismo de McDonald’s, aprovechando de paso para burlarse de la militancia vegetariana de Linda. “¿Hay algo más que lechuga entre los panes?”, se preguntaba adentro. Y también afirmaba:“Tener a Linda tocando el teclado en una gira multimillonaria es como contratar a un albañil para editar el New York Times”. Incluso Moris, en ese monumento de canción urbana que es Nocturno de Princesa (1978), veía a los Beatles “viejos”, en el póster en un bar madrileño.



El paso del tiempo puso en perspectiva a la carrera solista del genio. En Dreaming the Beatles (2017), el periodista Rob Sheffield le encuentra sustancia incluso a So Bad, balada incluida en el menospreciado Pipes of Peace. Escuchen esa canción. Miren ese clip. Era un bajón en 1984, pero si algo tiene el pop es su capacidad de resignificarse. Están Paul, Linda y Ringo, como invitado. Se van desvaneciendo, y a lo mejor esto no sucedía en 1984, pero hoy está claro y causa una mezcla de euforia & congoja: son nuestra familia. Y como nosotros, están de paso.


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