El rival tampoco imponía ningún atractivo. A pesar de pertenecer a Centroamérica, Honduras no participará de la competición organizada por Estados Unidos y su rendimiento carecía de interés para los albicelestes. De todos modos, los comandados por Jorge Luis Pinto intentaron sorprender a los criollos con remates de media distancia.
La presión de Erik Lamela, las asistencias de la Pulga y las veloces apariciones del Fideo amenazaron con la llegada del gol. Sin embargo, el marcador se abrió después de una proyección de Marcos Rojo y una resolución perfecta del Pipita. El delantero del Nápoli improvisó un giro perfecto y tocó ante la salida de Donis Escober. Una obra perteneciente a un crack.
Antes de que se vayan al descanso la triangulación entre el rosarino, el ex River y el lateral mereció ampliar la diferencia, pero la notable reacción del arquero de San Ignacio evitó el segundo grito de la noche. La superioridad era tan notoria que el 1 a 0 parecía injusto.
En el complemento la jerarquía de los argentinos continuó dominando las acciones, aunque el golpe que recibió Messi generó una gran preocupación. El Tata optó por preservar al capitán para darle unos minutos a Éver Banega. El volante del Sevilla se mostró muy claro en la creación, y en una de sus primeras intervenciones exigió Escober. La escena pudo incluso haber terminado con un golazo de Gabriel Mercado, pero el ángulo le negó la conquista.
Las cinco modificaciones siguientes dieron las claras de las intenciones de Martino: dejar transcurrir el tiempo para asegurar el triunfo en su última presentación oficial antes del comienzo de la revancha que buscará en el país del norte. El debut frente a Chile será el primer paso para volver a jugar una final.
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