Era el partido que el mundillo del rugby apuntaba a ganar… Australia, un grosso en época de recambio y golpeado por tres derrotas al hilo, apareció como la presa justa para unos Pumas con hambre. Sin embargo, a la comida le falta un poco. Está a punto. O a un punto. Porque Argentina dio pelea en Perth y terminó, una vez más, perdiendo por poco: fue 14-13 para los Wallabies, que celebraron el triunfo como un campeonato.
El primer tiempo fue engañoso para los argentinos, que arrancaron con todo, con un penal de Nico Sánchez para abrir el tablero, pero fue lo único para destacar de esa etapa. Con viento en contra y un Nigel Owens demasiado localista, todo fue cuesta arriba. El line, una vez más, jugó su mala pasada y por uno de ellos perdidos, llegó el try de Folau, a los 28’. Antes del descanso, el 10 Puma se filtró, lo bajaron, Fardy se tiró burdamente al ruck y… El arbitrio galés no le cobró nada (era para amarilla), sino que pitó penal para Australia. “¡Una!”, le gritó Felipe luego de otra jugada discutida.
El complemento fue otro cantar. La lluvia no aflojó, aunque sí se jugó en otro campo, en el australiano (territorio en el PT: 77-23% para los locales). Gracias al hambre de gloria, y por primera vez en el torneo, Los Pumas optaron por ir al line en vez de patear a los palos. Buenas decisiones, que lamentablemente no fueron bien ejecutadas. También mal definidas por el árbitro (claro penal de Mowen en un maul argentino y cobró al revés). La Selección, a pesar de eso, no aflojó y siguió manejando la guinda. Se acercó con un penal de Cachorro, que venía de errar uno. Y con paciencia, tuvo premio en el ingoal: luego de varias fases, Matera puso el equipo adelante, Landajo (entró por Cubelli) impuso velocidad, Felipe metió cintura y Leguizamón entró como un camión, para llevarse puesto a White y zambullirse. Owens, claro, pidió TMO… Luego del suspenso, y la conversión, Argentina quedó a uno y con 15 minutos para la historia. Pero no tuvo más chances. Los Wallabies no le devolvieron la guinda, jugaron lejos de su hache y hasta tuvieron oportunidades de estirar la ventaja -Leali'ifano erró dos penales-. Llegó el final, con festejo y brazos en alto para los de amarillo.
Más allá de los errores del equipo, a nivel individual y en conjunto, la tarea de Owens fue muy mala. No tiene ni debe pasar en el primer nivel, sobre todo en un torneo tan importante. Para destacar: la reacción del segundo tiempo y algunos puntos altos que vienen teniendo un gran nivel en el Champ, como Matera, Legui y Sánchez. Ahora hay que volver a nuestras tierras, ya que el 28 de septiembre toca contra los All Blacks en La Plata. Y cierran el 6 de octubre, con la revancha ante los Wallabies en Rosario. A ganar en casa.
El primer tiempo fue engañoso para los argentinos, que arrancaron con todo, con un penal de Nico Sánchez para abrir el tablero, pero fue lo único para destacar de esa etapa. Con viento en contra y un Nigel Owens demasiado localista, todo fue cuesta arriba. El line, una vez más, jugó su mala pasada y por uno de ellos perdidos, llegó el try de Folau, a los 28’. Antes del descanso, el 10 Puma se filtró, lo bajaron, Fardy se tiró burdamente al ruck y… El arbitrio galés no le cobró nada (era para amarilla), sino que pitó penal para Australia. “¡Una!”, le gritó Felipe luego de otra jugada discutida.
El complemento fue otro cantar. La lluvia no aflojó, aunque sí se jugó en otro campo, en el australiano (territorio en el PT: 77-23% para los locales). Gracias al hambre de gloria, y por primera vez en el torneo, Los Pumas optaron por ir al line en vez de patear a los palos. Buenas decisiones, que lamentablemente no fueron bien ejecutadas. También mal definidas por el árbitro (claro penal de Mowen en un maul argentino y cobró al revés). La Selección, a pesar de eso, no aflojó y siguió manejando la guinda. Se acercó con un penal de Cachorro, que venía de errar uno. Y con paciencia, tuvo premio en el ingoal: luego de varias fases, Matera puso el equipo adelante, Landajo (entró por Cubelli) impuso velocidad, Felipe metió cintura y Leguizamón entró como un camión, para llevarse puesto a White y zambullirse. Owens, claro, pidió TMO… Luego del suspenso, y la conversión, Argentina quedó a uno y con 15 minutos para la historia. Pero no tuvo más chances. Los Wallabies no le devolvieron la guinda, jugaron lejos de su hache y hasta tuvieron oportunidades de estirar la ventaja -Leali'ifano erró dos penales-. Llegó el final, con festejo y brazos en alto para los de amarillo.
Más allá de los errores del equipo, a nivel individual y en conjunto, la tarea de Owens fue muy mala. No tiene ni debe pasar en el primer nivel, sobre todo en un torneo tan importante. Para destacar: la reacción del segundo tiempo y algunos puntos altos que vienen teniendo un gran nivel en el Champ, como Matera, Legui y Sánchez. Ahora hay que volver a nuestras tierras, ya que el 28 de septiembre toca contra los All Blacks en La Plata. Y cierran el 6 de octubre, con la revancha ante los Wallabies en Rosario. A ganar en casa.
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