Se impuso por 6-4 y 6-4 en la final, logró su 91ª conquista en singles y sigue invicto en 2022; no cree poder volver a la cima del ranking, aunque dice no tener más presión que su autoexigencia
El español Rafael Nadal, número 5 del ranking mundial, se consagró campeón del Abierto Mexicano de Tenis al vencer al británico Cameron Norrie, 12º en dos sets en la final en Acapulco. Cuarta cabeza de serie del torneo, el mallorquín venció a otro zurdo, el sexto preclasificado, en 1 hora y 54 minutos y mantuvo su invicto contra Norrie, ahora en cuatro enfrentamientos.
El nacido en Sudáfrica y criado en Nueva Zelanda resultó como el rival más complicado que Nadal tuvo a lo largo del certamen, a pesar de que el campeón se enfrentó en la semifinal con el futuro número 1 del planeta, el ruso Daniil Medvédev. A ambos superó Nadal sin grandes apremios, para conquistar el certamen de cancha dura que premió con 1.678.065 dólares en total.
En el primer set prácticamente no hubo errores, aun cuando el británico jugó un tenis más agresivo que el de las ruedas anteriores. Rafa empezó pegando corto y con el paso de los puntos tuvo servicios y tiros cada vez más potentes y colocados, y además aprovechó su única oportunidad de quiebre en el parcial, que ganarlo en 51 minutos.
En el inicio del segundo set, Nadal se mantuvo concentrado y preciso en la devolución y quebró el servicio en la primera chance, para ponerse 1-0. La molestia y la frustración fueron evidentes en Norrie, que estrelló su raqueta contra la cancha. Sin embargo, el británico se centró y puso en ciertos aprietos al manacorí. Tuvo a disposición tres break points, pero fue en el cuarto cuando aprovechó para recuperar el quiebre y luego sacó para quedar 2-1. Aunque jugó sin complejos contra Nadal, después Norrie ya no fue consistente en su servicio y sufrió dos quiebres más, con los que Rafa se encaminó a ganar.
Así, el campeón del Abierto de Australia apiló la 15ª sucesiva en el inicio de la temporada, y se adjudicó el Abierto Mexicano por cuarta vez. Con ello empató a los más veces campeones, el austriaco Thomas Muster y el español David Ferrer.
A sus 35 años, Nadal logró el 91er trofeo de individuales, y tercero en 2022, después de coronarse en el torneo de Melbourne y de lograr su campeonato de Grand Slam número 21.
Antes, en la final del torneo de dobles, el español Feliciano López y el griego Stefanos Tsitsipas vencieron al salvadoreño Marcelo Arévalo y el neerlandés Jean-Julien Rojer por 7-5 y 6-4, en 1 hora y 34 minutos.
A pesar de la edad, a pesar de la enfermedad que le causa dolores en los pies, a pesar de las muchas lesiones que padeció en su carrera, Nadal tiene un excelente inicio de 2022. Óptimo, de hecho. Ese quinto lugar del ranking parece ser mentiroso hoy por hoy, como también suena extemporánea una frase que el zurdo emitió después de superar el primero de sus cinco compromisos en Acapulco (6-3 y 6-2 al estadounidense Denis Kudla).
Habló de aspirar al puesto más alto del ranking, que ocupó varias veces. “Esa época pasó para mí, desgraciadamente. Mis problemas físicos me privaron de terminar algún año más como número 1, y lo digo desde la humildad. Durante algunos años en particular sentí que estaba lito para ser número 1 y el físico no me permitió competir tanto como para serlo. Hoy mis objetivos son otros: no voy a perseguir en ningún caso ser el número 1″, sorprendió.
“Si después, con lo que pueda jugar, se da, estaré increíblemente feliz. Pero lo veo muy difícil. Yo tengo que seleccionar mucho más dónde juego que los jóvenes. No haré un calendario diferente para buscar más puntos”, añadió Nadal, que culminó al tope del ranking cinco temporadas: 2008, 2010, 2013, 2017 y 2019.
Por la experiencia, por la madurez, por los objetivos cumplidos, la fuerte mentalidad de Nadal se hace aun más granítica fuera de la cancha. “A estas alturas ya no tengo presión. No hay nada externo que me genere más presión que mi autoexigencia. El apoyo y cariño de la gente me ayudan a estar mejor y a jugar mejor. Si pierdo no será por la presión del público. Lo único que puede generar el público es más posibilidades de éxito”, comentó Rafa, siempre llenando de contenido sus palabras.
Que, por otro lado, en este momento parecen ser falibles en cuanto al tope del ranking: dentro de un tiempo aparecerá la temporada de polvo de ladrillo, la especialidad del mallorquín, que justo este año tiene puntos por ganar en Roland Garros respecto a 12 meses atrás (caída en una semifinal). Sin ir más lejos, con la inesperada derrota de Novak Djokovic en Dubái (vs. el checo Jiri Vesely) y ciertos vaivenes de Medvédev, Nadal parece ser ahora mismo el mejor tenista del planeta.
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