“Obviamente, hay una nueva generación que ya está aquí”. Las palabras de Novak Djokovic después de perder en cuartos de final frente a Holger Rune (20 años) y en la semana que cedió el número uno a Carlos Alcaraz (19) sirvieron de bendición para dos jugadores destinados a ser protagonistas en Roland Garros (desde el domingo 28). El danés sigue dando la razón al serbio, al alcanzar la final de Roma después de derrotar a Casper Ruud por 6-7 (2), 6-4 y 6-2 en 2h:43.
La jugará este domingo contra Daniil Medvedev, que después de cuatro horas de parones por la lluvia, derrotó al filo de las 22:30 horas de anoche a Stefanos Tsitsipas por un doble 7-5 en 1h:46. El ruso, que lo celebró con un bailecito sobre la pista, se negó a hacerse la foto al inicio de partido con el griego (su historial de desencuentros es largo), pero luego le saludó.
Rune, un jugador tormentoso que debería ir a más a medida que temple su carácter, se sobrepuso a la pérdida del primer set en el desempate y levantó un break en el segundo (4-2) para alzarse con la victoria. Con un título de Masters 1.000 ya en su raquetero (París 2022) y cuatro en total, el danés está protagonizando una buena temporada de tierra, en la que lleva una marca de 13-2 con el título de Múnich y la final en Montecarlo. Eso le permite escalar ya un puesto en el ranking, del séptimo al sexto, y de levantar el título en el Foro Itálico saldrá el lunes quinto del mundo.
“Realmente, jugué mi mejor tenis en los últimos dos partidos, contra Novak y Casper, aunque frente a este lo encontré sólo al final”, declaró ayer Rune, que desveló que la clave para darle la vuelta fue pensar que ya no tenía “nada que perder” en la segunda manga. “Jugué con libertad y luego me dediqué a disfrutar”, cerró el exitoso debutante en Roma.
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